Abogacía preventiva

Cuando comencé a escribir mis impresiones como Abogado en este mundo de las redes sociales, siempre tuve la intención de generar contenidos que estuvieran dirigidos al público en general.

Mi concepto de la abogacía se encamina a hacer ésta más accesible y participativa, dando a conocer conceptos básicos de nuestra jerga o cuestiones técnicas enrevesadas (por ejemplo), que suelen ser excesivamente complejas y desconocidas.

Sinceramente, el mundo de la abogacía está alejado de esos tópicos que siempre hemos escuchado.

En una ocasión me comentó un conocido que quería hacer una consulta jurídica pero que era consciente que el paso por un despacho de abogados le iba a costar un «pastizal».

Le indiqué que no es así. Un abogado cobra sus servicios (consultas, asistencias, escritos, etc.), pero que, de entrada, no tendría por qué suponer una cantidad abusiva. Es más, en mi caso no cobro la consulta si después se acompaña de alguna actuación más; o sí las cobro entendiéndose como la posible solución al problema (es decir , un asesoramiento que le evita, en muchos casos, un gasto mayor).

Se tiende a estigmatizar la posible carestía del servicio, pero no es así.

Esto es el reflejo de un conocidísimo refrán: “más vale prevenir que curar”.

Más vale un buen asesoramiento a un módico precio, que una ulterior situación económica, mucho más adversa.

Así que, ante la duda, acude tu abogado de confianza.
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